Cuando hablamos de BDSM, estamos hablando de un serie de prácticas y aficiones sexuales, que están relacionadas entre sí y que están vinculadas a una sexualidad, que es extrema, si la consideramos con el sexo más convencional. El término se usa muy a menudo, de manera equivocada, como sinónimo de sadomasoquismo. Pero, en realidad, es una sigla que se emplea para designar a lo que se considera como una subcultura, que es muy específica entre las personas que lo practican. El BDSM está unido, de una manera muy estrecha, con la subcultura leather. Así, el acrónimo tiene una explicación muy sencilla:
B: Bondage
D: Disciplina y dominación
S: Sumisión y sadismo
M: Masoquismo.
O sea, con este acrónimo se define, de manera perfecta, cuáles son las claves de esta técnica.
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