Como en muchos casos, sobre la pornografía nos encontramos con distintos puntos de vista, depende de la congregación, de la idea de la visión o de la lectura de la pornografía, y la legislación que acepte o que restringe este tipo de publicaciones. Dichas posiciones se derivan de puntos de vista más amplios acerca de la sexualidad. No hay prohibiciones directas de los medios de comunicación de tipo pornográfico, en la Biblia, por ejemplo.
La pornografía no era tan frecuente, ni estaba tan bien desarrollada durante la etapa histórica, en la que vivió Jesús, como lo está en nuestros días. Muchos cristianos están, de manera general, en contra de la pornografía por que se basan en la interpretación del versículo de San Mateo 5:27, 28 (en la que expone parte de la Ley): “Ustedes han oído que se dijo: “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla ya ha cometido adulterio, con ella ya en su corazón”. Mateo habla de adulterio, y que dentro de la lujuria el matrimonio con una mujer que no sea la propia, también es adulterio. Muchos cristianos interpretan que puesto que el objetivo de la mayoría de la pornografía es la lujuria, eso hace que la pornografía para alguien que está casado, es pecado y, por ello, la pornografía es pecado. Esta interpretación con respeto a la pornografía como la lujuria; pero, la idea de la lujuria y del adulterio no es universal en el cristianismo, y hay un espectro de opiniones muy amplio sobre este tema.
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