domingo, 22 de agosto de 2010

La pornografía, sus orígenes



¿Nunca os habéis preguntado de donde viene la palabra pornografía? ¿Cuál es la historia de esta industria?
Pornografía vienen de dos términos del griego: porne que significa “prostituta” y grafía “descripción”. O sea, podemos decir que pornografía significa “descripción de una prostituta”. Así, el término, en un primer momento, designaba la descripción de las actividades que realizaban las prostitutas, en su oficio. Eso sí, no llevarnos al engaño: nunca se utilizó dicho termino en la época griega; pues, nunca hubo ni materiales, ni imágenes, ni reproducciones que representaran actos sexuales, con la única idea de provocar la excitación sexual, en la persona que lo estaba viendo. Desde los años 70, las películas o fotografías que poseen un contenido sexual más explícito, poseen la clasificación X, para poder diferenciarlas de las películas eróticas, que se clasificaban como S.

Si nos vamos al diccionario, nos encontramos con que la RAE dice que pornografía es “el carácter obsceno de las obras literarias o artísticas”. En Argentina, durante el II Simposio Nacional Multidisciplinario de Sexualidad Humana, consideró que la pornografía que podemos ver, hoy en día, trata una sexualidad humana fuera de lo real, mucho más violenta, y donde la mujer y el hombre no salen en roles similares, sino en una clara relación de poder y servidumbre. Desde la llegada de Internet, la pornografía ha dejado de ser algo minoritario y mal visto. Ahora, la encontramos en esculturas, fotografías, cómics, literatura o en la pintura.

Si miramos hacia atrás, podemos ver algo parecido a la pornografía, pero en los templos hinduistas, de la India. Son de hace 2500 años, nos descubren decorados con relieve o esculturas, donde vemos parejas, en pleno momento del acto sexual. Incluso, en China, en la dinastía Chin, nos encontramos con representaciones del acto sexual. O, en las ruinas de la famosa ciudad de Pompeya, que encontramos en el sur de Italia, y que desapareció en el año 79 d.C, vemos en un burdel de la ciudad, en las paredes, dibujadas, varias escenas de sexo. Pero, el cristianismo, consideró que estas manifestaciones del sexo, eran pecado. Pero, en el Renacimiento hubo una época en la que se volvía a ver representaciones de este tipo, por ejemplo, en la obra de Bernini, de “Teresa de Ávila”.

Foto: Fuente

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